El castillo capituló, terminando así la guerra para San Sebastián. Como algo llamativo y no esperado, se concedió a los sitiados todo lo que exigieron, a saber:
"1. Que la goarnición saliesse con todos los honores, sus equipajes, dos piezas de campaña, veinte tiros para cada una y para cada soldado, y tres días de viscocho de el que se hallava en los almacenes.
2º. Que puedan ir libremente por donde gustaren al exército de el Rey o a Pamplona.
3º. Que ninguno sera incluído ni detenido excepto los desertores.
4º. Que puedan sacar dos carros cubiertos sin registrarlos.
5º. Que los enfermos y heridos serán curados a costa de el Rey Cathólico y conducidos, quando sanen, con escolta y Passaportes adonde quissieren.
6º. Que los Ministros de el Rey tendrán passaportes para pasar adonde quisieren.
7º. Que a la seis de la tarde se entregará la puerta de el Castillo que cae al Mirador, y el mismo Mirador, y saldrá la goarnición el 20.
8º. Que se concede lo mesmo a la goarnición de la Isla de Santa Clara.
9º. Que salida la goarnizión, se darán las Capitulaciones a un oficial para que las lleve al Rey.
10º. Que dejarán tres oficiales por rehenes y un ministro de el Rey para que se pague quanto se debe a los vecinos de la Ziudad y del resto de la Provincia."
Ese mismo día 17 de agosto, Berwick escribe nuevamente a la Diputación, que tras haber conquistado las plazas y el castillo, conminando a la rendición, so pena de sufrir "los rigores de la guerra".
#Berwick1719.
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