Efectuaron un violentísimo fuego sobre el objetivo, que rápidamente se vio iba a quedar reducido a ruinas. De todas las piezas empleadas, uno de los cañones continúa disparando con bala roja. Fraser nos indica que de vez en cuando aparecían llamas entre los restos del tejado, pero que inmediatamente era sofocado por los franceses. Desde las baterías no se veía a ningún defensor, ya que permanecían protegidos detrás de los muros y en las casas colindantes, preparados para acudir en defensa del edificio rápidamente. Solamente podían verse uniformes franceses cuando acudían prestos a apagar los conatos de incendios.
El día anterior había llegado a Hernani el oficial del Servicio Jurídico Seymour Larpent, por lo que picado por la curiosidad, decidió acercarse al convento de San Bartolomé y ver los alrededores de la ciudad. La narración que realiza en su carta fechada este día hace una muy gráfica descripción de los alrededores del convento, es decir, de la primera línea de combate, salpicada de algún detalle que llega a ser en algún momento cómico. |
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