(*).- (DIP.)(DIPUTACIÓN DE GUIPÚZCOA.) Noticiosa la Diputación de los horrores cometidos por las tropas inglesas y portuguesas en los habitantes de San Sebastián y de que habían sido quemados casi todos los edificios de ella, y no pudiendo mirar con indiferencia aquella catástrofe, acordó poner en noticia de la Regencia, que después de haber sufrido la plaza un sitio de dos meses, entraron en ella por asalto las tropas aliadas, atacando desde el primer momento a las 4000 y más almas que quedaron en la ciudad por cuidar sus propiedades, que los franceses no les dejaron sacar, de tal manera que los gritos, alaridos y lamentos de los desgraciados habitantes se dejaron escuchar tan pronto como entraron las tropas, viéndose los desafortunados en la necesidad de saltar de los tejados y balcones para salvar sus vidas, que los aliados les querían quitar.
Que nada sintieron el cruel saqueo que hicieron en las propiedades, pero sí la muerte, el martirio y la violación que daban y dan aun hoy a los inocentes habitantes, sin compasión aun de las más tiernas criaturas, al mismo tiempo que hacen actos de generosidad con el soldado enemigo.
Que al momento fue incendiada por las mismas tropas la ciudad, sin embargo de su fidelidad, y cuando nada había quedado por salvar por haber consumido todo lo que había un incendio voraz, se pedía el auxilio de paisanos para extinguir el incendio y aunque sin provecho se tomaron las disposiciones convenientes.
Por todo lo cual se pide a SAS se sirva tomar a estos infelices habitantes bajo sus auspicios y protección y se implora la justicia y benevolencia del Gobierno.
(FUENTE: "La vida cotidiana en San Sebastián después de la destrucción de la Ciudad. 1813-1816. FERMIN MUÑOZ ECHEBAGUREN)
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario