"GAZETA DE MADRID"
DEL MARTES 14 DE SEPTIEMBRE DE 1813
BAJO EL GOBIERNO DE LA REGENCIA DE LAS ESPAÑAS
Si hubiéramos de copiar aquí lo que escriben desde Pasages y Rentería con fecha de 2 y 6 corrientes, sobre las ocurrencias de la toma de S. Sebastián el día 31 del mes pasado, presentaríamos a nuestros lectores un quadro de horror sumamente desagradable; pero extractaremos
Si hubiéramos de copiar aquí lo que escriben desde Pasages y Rentería con fecha de 2 y 6 corrientes, sobre las ocurrencias de la toma de S. Sebastián el día 31 del mes pasado, presentaríamos a nuestros lectores un quadro de horror sumamente desagradable; pero extractaremos de ella todo quanto pueda hacer formar opinión de la clase de guerra en que estamos comprometidos, y de las desgracias que nos amenazan, si no aprovechamos los felices momentos que la suerte nos ofrece para ponernos en estado respetable de defensa, erizando el Pirineo de bayonetas españolas y aumentando progresivamente los exércitos nacionales. Casi no había en la plaza de S. Sebastián espacio alguno que no estuviese minado y lleno de zanjas y trincheras. La fogosidad de los portugueses y la impavidez de los ingleses ganaron el terreno a palmos, sufriendo todo aquel día in diluvio de balas y granadas. La explosión de la mina que estaba preparada para los sitiadores refluyó contra los sitiados; y este suceso y el incendio de un almacén de pólvora obligó a estos últimos a retirarse por fin al castillo después de la más vigorosa resistencia. Los horrores de la guerra trascendieron a los inocentes vecinos de S. Sebastián; estos vieron por un lado las calles regadas de sangre, hacinados los cadáveres, multiplicados los clamores de los heridos; por otro lado cambiaron de repente sus casas en chozas, su comodidad en miseria, su alegría en llanto. El frenesí de una tropa acalorada y ciega de furor contra el enemigo era inevitable en aquel momento; pero muchos de los delincuentes han pagado ya sus excesos en un suplicio: 50 han sido fusilados y 9 ahorcados. De S. Sebastián no quedará sino la memoria de donde estuvo situada. Se reúnen muchas tropas en Navarra y hacia Irún. Cada tres días pasa el Lord en persona a comunicar sus órdenes a los sitiadores de aquel castillo, a cuya rendición se seguirá probablemente la entrada de nuestros exércitos en Francia. El día 4 por la noche llegó a Pasages un mensajero de Lord Wellington con pliegos para Londres; y al día siguiente entraron muchos prisioneros cogidos en la acción del 31 del mes pasado, los que se embarcarán también para Inglaterra. El día 5 se resistía aún en el castillo de S. Sebastián, y estaban ardiendo las casas y templos de la ciudad. En el mismo día 5 se juró la Constitución en Rentería y quedó formado el nuevo ayuntamiento constitucional.
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