(*).-ASEDIO DEL DUQUE DE BERWICK. 1719.
(*).- 29 de junio de 1719. Antes de amanecer, en Oyarzun, el Príncipe Pío se retira a la Corte, en Navarra, con Rivadeo y algunos soldados, más los equipajes. No satisfecho de que le cubriesen 2.000 soldados de infantería que traía consigo, se valió del Capitán Jugo para registrar sin riesgo el campo francés y pasar la noche en una casería más remota de otra montaña.
El Príncipe, ya en Andoain, envió en apoyo a los de Oyarzun 600 catalanes llamados irónicamente "Fusileros Reales de la Banda Roja" y que debían ser verdaderamente Miqueletes de la "peor raza", al parecer castigaría a aquellos que osaran trataros por su verdadera identidad (Miqueletes). Fueron recibidos y agasajados a su costa por el Capitán Jugo, que los distribuyó en los sitios donde podían hacer mayor daño a los franceses, y con ventajosa defensa y seguridad para ellos. Pero los catalanes se entretenían en robar cuanto tenían caserías y mujeres, y hacer todo tipo de estragos. Una de ellas, y la más infame, fue el haber sido convidados y acompañados de Jugo y su gente a una acción, y en vez de luchar, 100 de ellos se volvieron contra Jugo y los soldados de este, disparándoles, pero sin tino por el miedo, pasándose a los franceses. Los demás prometían lo mismo y seguían molestando en Oyarzun, que se enfadaban por momentos. Jugo, que vió el peligro de la situación y sus consecuencias, marchó rápidamente al Campo del Rey e informó a Diego González, coronel de Dragones, y a otros oficiales, del riesgo de la situación de que los naturales se levantasen contra los Miqueletes. Se decidió dar orden para su pronta retirada.
La Diputación agradeció a Oñate sus 2 cías para la defensa de Guetaria, distribuyendo con los mayores las cías. en parajes para hacer eficaz defensa y ofensa, y para disponer la retirada. El diputado Atodo informa que el Marqués de Gaoan, siguiendo órdenes, se metió en San Sebastián con los 400 caballos y 1.600 soldados de infantería que tenía a sus órdenes, dejando para la protección de los naturales 180 dragones. 17 milicianos de Astigarraga y Hernani envistieron y ahuyentaron a 100 franceses, matando algunos, haciendo 3 prisioneros y obligando a todos a que soltasen las armas. Pío, Rivadeo y Loya, retiraban todas las tropas reales, dejando no más de 30 Dragones para la apariencia, cuando las milicias se hallaban en las neveras de Hernani y en otros sitios los más avanzados, resueltos a defenderlos hasta última instancia, y seguir después a mucha distancia a los militares en la retirada por Zubieta. Los de Bazazabal, para apostarse en Soravilla. Los de Portu en Andoain, retirándose por la montaña. Loia se hallaba con los 30 dragones en Hernani. Orio avisó de que algunas lanchas francesas se metieron por su barra siguiendo a 5 chalupas paisanas, y que sus vecinos, aunque tan pocos las recibieron obligando a que se retirasen. El diputado Aramburu escribió sobre sus gestiones en la Corte. El mayor Echezarreta avisó, conforme a la órden, llevó sus 4 compañías a Zarauz. El mayor Aranza envió una relación del lamentable estado de toda la costa. El Valle de Oyarzun informó de que un coronel francés, con muchas tropas, se llevó a su Alcalde y otros vecinos como rehenes por el inaudito acto que hicieron 5 muchachos del valle enfrentándose a 7 soldados franceses que hurtaban habas. Durán, informaba desde Lizaso en nombre del Rey, tras escuchar al Diputado Lapaza, sobre la lástima por la rendición de Fuenterrabía y exhortaba a la defensa.
La Diputación convino que el diputado Oquendo reprendiese y escarmentara a los de Orio porque pidieron salvaguardia, viendo al enemigo a poca distancia, cuando los de Hernani despreciaron las que les ofreció de oficio el secretario de Berwick.
Ese mismo día, muy temprano, un sargento estaba adelantado y apostado a media legua de Andoain (en la imagen), camino de Tolosa, con 4 Dragones y la compañía de Asturias. El sargento, cometió la mayor infamia, porque engañando a uno de sus Dragones, lo envío donde Loya, avisándole que los franceses estaban quietos y sin apariencia de actuar. Tras decir eso, se pasó a los franceses, con los cuales se encontró un Dragón que tenía por centinela aquel teniente coronel que estaba en el caserío Camio y viendo que venían marchando con rapidez, les disparó para dar aviso a su Jefe. Este, que con el engaño del sargento se hallaba a pie con su exigua tropa, montó y empezó la retirada en orden, aunque mezclado con los Dragones enemigos que le alcanzaba, dando y recibiendo sus cargas. Las 2 compañías de Astigarraga y Hernani dieron el primer desengaño cierto a Loya que, ocupado de la alevosía del sargento. Se puso entonces a defender el puente de Andoain con los Dragones que pudo juntar y con Velarde y sus caballos, pero sin poder hacer mucha resistencia; porque como ya tenía sobre sí a los franceses y se hallaba sin otra infantería que aquellas 2 compañías de milicianos guipuzcoanos, y que éstas no tuvieron tiempo ni espacio para formar, ordenó a las compañías guipuzcoanas que se asegurasen desviándose a las montañas. El teniente coronel con sus Dragones y a una con los franceses, llegó al puente de Andoain donde estaba Loya con pocos Dragones y, viendo que llegaron muchos Húsares y Miqueletes Franceses y disparaban "horrorosamente", mandó a sus tropas que disparasen también. Advirtiendo que también habían llegado granaderos franceses, se retiró en la forma posible y en orden con sus tropas al puente de Azelain, donde había dejado algunos otros Dragones. Aunque dió algunas cargas, recibió muchas más de los franceses, incomparablemente más numerosos y aventajados en el terreno. Los Húsares franceses llegaron los primeros al puente de Azelain, y entonces hicieron prisioneros a tres Dragones españoles, con aquel teniente coronel. Velarde, con sus 40 caballos, cubrió a los españoles para que pasasen el puente y dió sobre los Húsares con gran coraje, deteniéndolos. Loia marchó con ellos en la retaguardia con "rara serenidad" hasta Villabona, donde ordena a Francisco de Beroiz, que se vio cortado por los franceses, para que si pusiese salvase su persona. Beroiz lo logró, retirándose milagrosamente entre muchos disparos, cosa a vista de Loya, que lo dió por muerto o prisionero, descubriendo posteriormente gratamente lo contrario, que se había librado, y le avisó que no se le juntase hasta nuevo aviso, mientras que solo pensara en la retirada.
El mayor Bazazabal, mientras escuchaba misa, percibió el rumor de la gente y disparos del puente de Azelain, cuando salió a "sitio competente", vió que los franceses ya habían pasado el puente de Azelain, y que era imposible acudir allí. Así pues, marchó con Ignacio de Aguirre, Pablo de Abendaño, algunos subalternos, 30 soldados y un sargento a la presa de Agaraiz, río en medio del camino que debían llevar los franceses. Los Húsares franceses llegaron a la otra orilla y reparando en Bazazavbal formaron y recibieron las cargas de los españoles, cuando se vieron engrosados con mayor número de tropas, continuaron la marcha sin disparar. Bazazabal entendió que podían ser cortados y se anticiparon a ocupar el puente de Villabona. Sobre la marcha Bazazabal advirtió que en un manzanal se emboscaron 200 franceses y avisó a tiempo de aquello a un sargento del Regimiento de la Reina que marchaba con 7 caballos a informarse de los movimientos franceses. En el puente de Villabona había alguna caballería española, y otra en Anoeta, a donde pasó Bazazabal con sus tropas y se apostó con aquellos caballos para que todos juntos hiciesen fuego a los franceses, los cuales llegaron confundidos con aquella caballería española detenida en el puente de Villabona, que no pudieron dispersarles los españoles por no matar a los propios compañeros. Velarde, con sus caballos se opuso y detuvo a aquella tropa durante gran rato a vista de Loya, que se detenía, hasta que un sacerdote le hizo ver que una manga de los franceses bajaba por la montaña a cortarle. Los milicianos vieron también que se habían adelantado los franceses, y valiéndose Bazazabal de Ignacio de Aguirre, machó con sus tropas por la orilla del río debajo de Hernailde, y viendo por entre unos castaños que el marqués de Silli, con10 y 12 oficiales mayores marchaba a reconocer y acalorar las operaciones de sus Húsares, hizo que los 30 soldados y oficiales disparasen a estas tropas, que prosiguió la marcha sin acelerarse a la primera, pero cuando vieron que menudeaban las balas, volvió grupa y se incorporó con su infantería, y desde poco más abajo del puente de Anoeta, destacó 6 compañías de granaderos contra los españoles. Estos, haciéndoles fuego, treparon a paso lento parte de la montaña, y reparando que el puente de Tolosa estaba ya cubierto de franceses, se condujo sin haber perdido un hombre a una casería sobre Tolosa y vió desde allí que los franceses tenían ocupada la Villa, y puestas fuera de ella paradas y centinelas en todas las avenidas. Bazazaval y los otros mayores, de orden de la Diputación, encaminaron todas las compañías. a sus lugares para que descansasen y al día siguiente se presentaron a la Diputación conforme su llamamiento.
Ese mismo día, un marinero de Orio, llamado Joseph de Azpillaga, que, tras el combate habido días atrás en la localidad, salió solo con un fusil en reconocimiento. Entre las peñas vio las barcas de los franceses. Sin quererlo, se encontró con que 6 de ellas le dispararon furiosamente; pero él, sin alterarse, correspondió al fuego y se retiró disparando de cuando en cuando, con paso lento a su pueblo. #Berwick1719.
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