31 - mayo

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| 1998 - Las Escuelas Elizarán |
2000 - Las casetas de baños LA mayoría de mis lectores tendrá un recuerdo de las casetas
de baños de La Concha
por los relatos de sus mayores
o por las fotografías que reco- gieron la estampa única de
aquella playa ce finales del si- glo pasado y comienzos de éste Fue el año veintitantos cuando se inauguraron las cabinas
en el voladizo de La Concha у
las casetas pasaron a la pequeña historia de la ciudad. ¡Pero
hasta entonces..
Cuando se deslizaba la primera caseta por una de las rampas de La Concha, iqué alegría!
El verano se acercaba. Cuando
desaparecía por entre los hoteles hacia San Martín como el
trasto de un escenario entre
bastidores, iqué tristeza! El in- vierno se nos venía encima con
su silencio, con sus lobreguez.
Quien esto escribió hace un siglo era el gran periodista burgalés, afincado en San Sebastián, Angel María Castell. Elorigen de la caseta de baños no era muy antiguo. Era de
mediados del siglo pasado. Las
casetas se pintaban para que
pareciesen viejas, «como algunas mujeres antiguas se pintaban para parecer modernas». a par p Parece ser que fue el errikoseme y escritor don Siro Alcain,
quien tuvo la idea de la primera caseta que se vio en La Concha.
Se componía de una plataforma cuadrilonga con pequeñas ruedas, armazón de listones y cerrada de lienzo blanco, no tenía ventanas, entraba
la luz cenital, suprimiéndole la cubierta por innecesaria. Tampoco había puerta, bastaba la
abertura de la tela para que hiciera veces de entrada. La idea tuvo imitadores
aquella quella misma temporada de
baños, que cebió ser hacia
1860. Y desde entonces todos
los años fueron aumentando
más o menos bonitas y caprichosas, y pocas temporadas
después ya había en la playa de
La Concha más de cuatrocientas casetas. Fueron mejorando y algunas
no sólo servíar. para que los bañistas se cambiaran de traje y
se quitarán la arena de los pies,
sino que durante los meses de
verano servían de casa-hogar a
las familias de los bañeros, y en
aquellas casetas se guisaba, se
comía y se dormía.
Escribió Angel María Castell:
«Toscas como eran, iqué encantos solían encerrar en ocаsiones! iQué estuches más or- dinarios que resultaban para
muchas valiosísimas joyas!». En la época de las casetas,
eran elemento de un San Sebastián entrañable para los que
lo conocieron, con el Casino y
José Arana con sus toros y sus fuegos... Aquellas casetas eran
en un principio acercadas a la
orilla del mar por unas parejas
de bueyes, que las movían según las mareas y sobre ellas es- cribieron Julio Camba, Wesceslao Fernández Flórez, Felipe Sassone... |
2001 - Cosas curiosas de Guipúzkoa LA población de Guipúzcoa creció en los
primeros cincuenta y
cinco años del siglo XX.
En los municipios de la provincia con más de 10.000 habitantes el aumento por cada
cien fue el siguiente: n fe e siguente Pasajes, 4,65%; Rentería,
3,50%; San Sebastián, 3,18%:
Mondragón, 2,90%; Eibar.
2,89%; Irún, 2,21%; Tolosa,
1,92%; Vergara, 1,75%
Si sólo tenemos en cuenta los
años transcurridos desde la ter- minación de la guerra civil,
1940, hasta 1955 el crecimiento fue muy distinto al anterior. Vea el lector:
Eibar, 1,60%; Irún, 1,53%;
Rentería, 1,40%; Pasajes,
1,32%; Mondragón, 1,25%;
San Sebastián, 1,16%; Tolosa,
1,15%; Vergara, 1,14%. Al observar las cifras de esos
dos apartados, téngase en cuenta que si las del primero son
mayores que las del segundo es
porque aquéllas se refieren a
cincuenta y cinco años, mientras que las del segundo sól
comprenden quince.
Pasajes mantuvo anruvo durante durante al
gunos años la primacía en
cuanto al ritmo de aumento de
la población. Sin embargo, a raíz de la terminación de la guerra civil, es Eibar la que va en
cabeza, según datos referentes
a dieciséis años.
Por los años cuarenta y cincuenta del siglo XX mejoraron
notablemente las carreteras de
Guipúzcoa, pero el número de
coches aumentaba a un ritmo
que las desbordaba. Así, desde
1937 la matriculación de coches pasó de los 1.470 a los
8.791 en 1947; a los 13.861 de
1948 y los 36.341 de 1954 En cuanto a las motos aumentaron más, pasando de las
481 matriculadas en 1949 a ser
20.682 en 1954.
Los lectores mayores recor- darán el crecido número de
limpiabotas que había en San
Sebastián hace medio siglo. No
faltaban en los cafés que entonces estaban abiertos y que
casi han desaparecido. ¿Quiên
no recuerda el Rhín, el Madrid,
el Raga, el Royalti, el de la Marina, o el Oriental...? Pasaron a
mejor vida y los limpíabotas que había en ellos desaparecieron.
Hace cincuenta años donde había limpiabotas, aparte de en los
cafés, era en los arcos del Boulevard, en la plaza de Guipúzcoa, en la rotonda de La Concha en verano. En 1949 se reunieron y a propuesta del jefe de
la Guardia Municipal acordaron limitar el número a cuarenta. El presidente del gremio
de limpiabotas, Miguel Ciruelo, hablando para la Prensa en
1956 exigía que un buen lim- 95b exigla que un b
piabotas debía trabajar con «ganas», no limítándose a un par
de cepillazos. Lo más dificil en
su trabajo era el zapato de ante y las botas altas. Hoy, ¿cuántos limpiabotas
habrá en San Sebastián? Ayer
vi uno. |
2002 - LA PEQUEÑA VILLA DE PASAJES ANCHO A comienzos del siglo
XIX, Pasajes Ancho no existía. Había un molino, unas ciénagas, juncales, una laguna que se llenaba de agua salobre dos veces al
día y volvía a vaciarse a impulsos de la marea.
Un viajero que por allí anduvo en 1848 contó cómo se estaba
construyendo una carretera que
uniría San Sebastián con el
camino real de Oyarzun y eran
de ver «los trabajos del puente.
de considerable extensión, que
se está construyendo para pasar
el nuevo camino sobre el derrame de la ría en las altas mareas.Oimos un ruido y una vocería infernal. Eran las bateleras
que rodeaban un coche que acababa de bajar de San Sebastián,
y se disputaban la preferencia
para conducir a los viajeros...». "Pasajes es una pequeña villa,sigue diciendo, que consta de dos barrios, el de San Juan y el de San Pedro, divididos por un profundo brazo de mar, de modo que la comunicación entre ambos citados barrios se mantiene por medio de barcas, pues no hay puente que los una.Hace unos años se pensó en un gran puente colgante, pero se abandonó el proyecto por su excesivo costo y es probable que no se lleve a cabo nunca; la población no tiene nada que ver y sólo el puerto ha adquirido gran celebridad por ser el más seguro de toda esta costa y por los astilleros que tuvo, donde se fabricaron todas las capianas de las armadas de España durante la dominación de la Casa de Austria». En 1800 dice Manuel Abellán que «ya no se construyen tantos baxeles como en tiempos antiguos, cuando se fabricaban en sus astilleros muchísimas capitanas y almirantas, y se equipaban en el mismo puerto las mayores armadas del océano». En Pasaies Ancho. escribió Miñano en el año 1827, se asentaban los astilleros de particulares, pero lo más notable era su molino o molinao. Era un molino movido por la fuerza de las mareas, que al subir précipitaban el agua por la bocana, donde se asentaba el molino, e impulsando las potas o paletas de la rueda hidráulica, se precipitaban en la laguna que se extendía tras el molinao hasta anegarla, y entonces, dejando de funcionar el mecanismo, esperaba el molinero a que volviera a bajar la marea, para que abriendo de nuevo la bocana volviese a poner en movimiento todo el ingenio, esta vez sentido contrario, ya que ahora vertía en la bahía el agua que se había almacenado en la laguna. El lugar de Molinao ha crecido, y Ancho es hoy un pueblo mayor que los otros Pasajes. Todos estos datos los he tomado de un trabajo de Gregorio Hombrados Oñativia. |
2003 - OQUENDO, MAYORDOMO DE SANTA MARÍA
Por lo dispuesto en varias cédulas reales y siguiendo una práctica centenaria, todos los años, <<eldía de San Juan, de junio». elAyuntamiento de San Sebastián designaba entre las personas «de más relieve de su vecindad, a las dos que se encargaban de recibir por inventario los ornamentos, alhajas y bienes de todas clases de cada iglesia.y de cuidarlos con gran esmero, a la vez que de regir y gobernar todo cuanto se recibía y gastaba durante el periodo de su mayordomía perteneciente a la parroquia respectiva». En el archivo episcopal de Pamplona, en los documentos sobre le pleito en el Tribunal Eclesiástico de la citada ciudad, entre el fiscal del Obispado y la ciudad de San Sebastián como Patrona de sus dos iglesias parroquiales de Santa María y San Vicente sobre el cumplimiento por parte del Concejo donostiarra de ciertos mandatos episcopales hechos en una visita pastoral, se detalla un nombramiento de interés para la pequeña historia de nuestra capital. Vea el lector: El 24 de junio de 1581, el Concejo donostiarra nombró al capitán don Miguel de Oquendo para que llevase la adminsitración de los bienes de la parroquia de Santa María por el tiempo de un año, hasta junio de 1582. Al tomar posesión del cargo de mayordomo se hizo un inventario de todos los bienes de la parroquia por el escribano D. Marcos de Garay, documento que fue firmado por los alcaldes licenciado Lazón y D. Antonio de Luscando, el regidor D. Sebastián de Valerdi y los señores Juanes de Michelena, Sebastián de Novillas y Pedro de Guarnizo, además del propio Miguel de Oquendo El histórico documento es una detallada relación de los veintiocho cálices que entonces poseía la parrroquia, ornamentos diversos, con capas y casullas preciosas, entre éstas una hechaa en Inglaterra, dos navios que solían colgarse delante del altar de Nuestra Señora, y legaios con cuentas v la historia de la parroquia de Santa María. Al llegar a la fecha del 24 de junio del año siguiente, en que terminaba lala mayor mayordomía de Oquendo, «no pudo éste dar personalmente las cuentas de la misma por hallarse entonces embarcado en la escuadra que mandaba el marqués de Sant Cruz, tomando parte en una de sus memorables intervenciones que tanta gloria y dieron a España y honor al insigne hijo de San Sebastián» En vista de ello, quien rindió cuentas fue su hermano político, el licenciado Zandategui, ante los señores alcaldes y jurados. En aquella ocasión se retrasó esta rendición de cuentas, y en lugar de ser el 24 de junio de 1582 fue el 2 de agosto de aquel año. |
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