(*).- Francisco Anabitarte, Juan José Anabitarte y demás compañeros de prisión, encarcelados desde el primero de este mes por disposición del Gobernador militar de esta Plaza recurren al Ayuntamiento.
Que prendidos con fuerza armada en sus respectivos caseríos, sitos en la parte de Miracruz, fueron conducidos a esta prisión, si que se les haya tomado una sola declaración.
Conjeturan que será por haber bajado dicho día hacia las siete de la mañana, una partida de carlistas desde el caserío Lizardi al camino de coches que pasa por Miracruz, y haber sorprendido a varios voluntarios desarmados y herido a dos en su fuga, no lejos de dicho punto en Miracruz.
Si esta es la causa, los recurrentes no tienen la menor participación en los hechos, ni antes de él ni en el acto, ni después, pudiendo jurar que ni les vieron venir a los carlistas que estaban ocultos en el caserío Lizardi.
Hemos llevado nuestras quejas a la autoridad superior militar, que por toda gracia parece estar dispuesta a concedernos la libertad, pagando previamente mil reales de castigo cada uno.
En nuestra mísera condición, alguno con su caserío quemado ya, nos es imposible aportar esta multa. Sólo nos queda para no estar siempre en prisión, recurrir al amparo y protección y auxilio del Ayuntamiento, y a él acudimos.
Por los interesados que no saben leer ni escribir , firma José María Errazti
(FUENTE: "Anales de la segunda Guerra Carlista en San Sebastián".- FERMIN MUÑOZ ECHABEGUREN)
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