Ese mismo día, muy temprano, Barcena vuelve con sus tropas junto con el mayor Portu y sus tropas. Ambos oficiales reparten por la zona a las tropas, tratando de saber los planes franceses. A las seis y media de la mañana, supieron que los franceses se habían acercado a las tejerías sobre San Antón con la intención de marchar a Arichulegui. Pero Barcena y Portu, gracias a un espía vestido de arriero, habían sido informados de la resistencia que allí tendrían y torcieron la marcha por un camino agreste en la ladera del monte, subiendo a la cima. Esa misma mañana, a las siete, supieron que marchaban los franceses a Endarlaza para entrar en el camino real de Irún. Portu ordenó a 4 compañías que ganasen aquel paso; pero una niebla densa, acompañada de un diluvio, impidió que encontraran una senda oculta que les hubiera servido para interceptar a los franceses. A las ocho, Portu supo que la vanguardia francesa estaba dentro de Irún, y por si venía un destacamento, de acuerdo a las órdenes que tenía, mantuvo sus tropas en el puesto, mientras que Bárcena bajó a mediodía con sus tropas a Oyarzun.
Al amanecer de ese mismo día, al abrirse las puertas de Fuenterrabía, se supo que gabarras salidas de Hendaya con tropas francesas habían sido conducidas a Irún y a las diez echaron un puente sobre la pesquería de la ciudad, junto a la casa de Martinenea, situada en Francia en la orilla del Bidasoa. Los franceses cruzaron el puente con poco daño, pese a habérsele hecho tiro con la artillería corta del castillo de Behobia, que echó alguna que otra barca a pique y causó algunos heridos entre los soldados. Entre estos destacó Busquet, teniente coronel del Regimiento de Blesuc, que a causa de este suceso fue nombrado posteriormente Teniente de Rey de Fuenterrabía, mandando así la plaza en ausencia del Marqués de Silli, gobernador en propiedad. En definitiva, por el puente pasaron 80 franceses más o menos. En mayor número pasaron por Vera, por el camino de Endarlaza en la orilla del río, saliendo por las caserías Lastolas hasta llegar a Behovia. El resto de tropas francesas pasó por el puente. Todos estaban mandados por el Marqués de Silli, que destacó cuatro compañías de granaderos, los cuales subieron junto la casa de Lascanena y atacaron las trincheras de la ermita de San Marcial. Los 12 milicianos de Tolosa, con 3 soldados y un sargento, no siendo capaces de mayor resistencia, fueron desajolados y hechos prisioneros.
A las doce del mismo día, los franceses atacaron el castillo de Behovia (en la foto), cuya artillería y fusilería rechazó por dos veces al enemigo, pero el gran número de enemigos hizo que se pusieran a "tiro de pistola" debajo del cañón y le atacaron con 14 compañías de granaderos del ejército, haciendo fuego por los dos frentes de la obra exterior, que, como estaba fabricada recientemente de tierra sola, y en mal estado a causa de los grandes chaparrones de días anteriores, poco podía resistir, aun así aguantaron respondiendo al fuego enemigo incesante por más de 2 horas, al cabo de las cuales Silli envió un tambos al Comandante, para rendir el castillo, y daría a su guarnición paso libre a cualquiera de las dos plazas, San Sebastián o Fuenterrabía. El comandante alegó a Silli que, como él sirvió a España debía saber ya que las plazas no se rendían fácilmente. Tras lo cual siguió el fuego hasta las cuatro de la tarde, cuando Silli vuelve a enviar otro tambor enviándole el mensaje de que si no se rendía entraría en la fortaleza con todas las unidades disponibles apostadas y que pasaría a la bayoneta a toda la guarnición. El comandante se mantuvo en sus trece, y prosiguió el fuego.
Este día la Diputación se reúne en Hernani, según convocatoria propuesta el día 17, allí se pone de manifiesto lo grave de la situación, pues se tiene noticia del paso del Bidasoa por el ejército francés y tomaba camino al Castillo de Behovia. Acuerdan presentarse ante el Rey para jurar lealtad de la provincia. Los junteros volverán a sus localidades, para organizar la lucha. Algunas localidades marcharon a la lucha con las armas que pudieron encontrar. La Diputación enviará a los diputados Atodo y Oquendo a Rentería a encontrarse con el mariscal Blas de Loia, donde no fue hallado, marchando luego a San Sebastián, donde sí le encontraron y le informaron de las gestiones de la Diputación para la guerra, y si necesitará más hombres, que los pidiera. En aquel momento estaban 1.500 hombres en ejercicio. Loia no exigió más tropas. Los Diputados gestionaron en San Sebastián para que los vivanderos abasteciesen a las tropas y, luego, volvieron a Hernani. Mientras, en Loyola, el Padre Rector y los sacerdotes comienzan a rezar en pro del Reino y de Guipúzcoa.
Los franceses fortifican la cabeza del puente de Barcas en la orilla del Bidasoa en Irún, con un reducto en cuadro y su empalizada por la parte exterior para mantener la comunicación. Estaba guarnecida con una cía. de Infantería. Tras el conflicto, todavía mantenían todos los días el cambio de guardia, mudando la cía. desde Fuenterrabía. En lo alto de Irún el Teniente General Silli puso su alojamiento en las casas de Juan de Olazabal. #Berwick1719.
No hay comentarios:
Publicar un comentario