(*).- 21 de abril de 1719. La defensa del Castillo de Behovia duró hasta las siete de la mañana. Había caído parte de la obra exterior, y parte de la cortina amenazaba ruina. La fortificación, que no tenía más que 32 soldados en servicio, estaba falta de armas. Pese al "ardiente vigor" de los Tolosanos, el comandante pensó temerario mantener la lucha y capituló. Quedan como prisioneros de guerra los oficiales y soldados, que son enviados a Bayona con los pocos soldados y milicianos de Tolosa de la guarnición de San Marcial.
Silli envía a Oyarzun un destacamento, cortando Arichulegui, donde hacían guardia las tropas de Portu, el cual supo por espías que otro cuerpo francés, no menos numeroso, salía de Vera y que cualquiera de los destacamentos le sobrepasaba en número tropas.
En Irún (en la foto), los soldados y milicianos locales se juntaron con los de Rentería, y se puso en un alto sobre la villa, con la caballería con sus batidores fuera del lugar. Sobre su portal, en un corredor de la casa del mayor Echazarreta, se fortificó por orden de sus jefes José Ignacio de Umendia, teniente de una de las compañías de Tolosa, con 20 milicianos suyos. Desde allí, Umendia hizo fuego nutrido y mantuvo el sitio hasta el día siguiente, rechazando a los franceses en varias ocasiones que intentaron entrar en Irún. Los franceses, desesperados por tomar la ciudad, volvieron por Lezo a Irún. Umendia, con su compañía, tras recibir la órden, se unió a los militares, marchando por San Sebastián a Hernani. De la Mota, mandó retirar a Alza algunos soldados, y marchó con los mayores en busca del mariscal Blas de Loia, con quien se encontraron en las puertas de San Sebastián. En la reunión se decidió que las tropas ocuparan los puentes de Ergobia (Astigarraga) y Carabela (Hernani). Ese mismo día, y al siguiente, Loia, reconocería los puentes y vados del Urumea. #Berwick1719.
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