(*).- 24 de abril de 1719. Es destinado a ayudar a Blas de Loia el diputado Murua, antiguo combatiente de Flandes y Alemania al servicio de Felipe V.
En estos momento los franceses creen que se puede tomar Cataluña y se prepara para ir a tomar el mando de las tropas, desde París, el Príncipe de Conti. Pero ante la necesidad de avanzar rápido, se tomó la decisión de que dichas tropas, fueran para Guipúzcoa a las órdenes del Mariscal de Berwick.
El Mariscal Loia está apenas sin tropas militares, y no pudo contentarse con los 1.500 hombres que pidió. Se sumó la escasez de guarnición en San Sebastián y el desamparo total de los puertos de Motrico, Guetaria, Deva, Zumaya, Zarauz y Orio, amenazados de tres navíos ingleses, de a 50 cañones, que bordeaban la costa y con sus barcas y chalupas desarmadas cargadas tanto de ingleses como de tropas francesas, intentaban diversos desembarcos en aquellos puertos y ensenadas, dificultando los socorros de San Sebastián y Fuenterrabía, ocupando a los naturales, y reclamando más tropas.
Blas de Loia comprendió que, esa misma noche del 24 de abril, los franceses intentarían sorprenderle junto con la Diputación a Guerra y las tropas que había en Hernani. Se acordó los siguientes movimientos: Blas de Loia y Diputado Murua pasarán a Andoain. Los Diputados Atodo, Oquendo, Areizaga y Lizaur se quedarían en Hernani, para dirigir y proteger a las cías. de milicias. Mendoza y Araguren y Irala pasarán a Villabona con el Corregidor y el Secretario. Loia intentó persuadirlos y que se alejaran del peligro y fueran hasta Tolosa. Pero, todos, al final, parece todos se quedaron en Hernani.
El Diputado en Corte Miguel de Aramburu escribió ese mismo día al Valido del Rey sobre el proceder de la provincia. El Diputado consiguió eliminar algunas desconfianzas sobre lealtad.
Por orden de la Diputación, el Mayor Portu pasa desde Hernani a San Sebastián, con su alcalde Antonio Amitesarobe y Diego de Amézqueta, vecino y capitán de una de las compañías de la ciudad, y 200 hombres escogidos entre los vecinos, salió al monte Ulia (en la foto), invadido ya de partidas de franceses. Portu y sus cías, junto con Fernando de Leván, Teniente Coronel del Regimiento de Zamora, que llevaba 40 granaderos, sufrió sin daño "cuatro fusilazos" de los franceses. Despreciando ese aviso, repartió a la derecha y a la izquierda los 300 hombres, en el centro se situó Lebán y sus granaderos, cargó sobre los franceses que los deshizo y consiguió que se retirasen hasta Pasajes. No se avanzó a causa del número creciente de enemigos en dicha zona y porque no llegó a tiempo "un macho en que llevaba las granadas", las tropas se retiraron con orden y sin otro daño que un militar herido, los franceses tenían tres heridos graves.
El ejército frances comienza a prepararse para sitiar San Sebastián. La ciudad comunica con la Diputación sus recelos y Loia con Pablo de Aguirre. En estos momentos el ejército francés forma 2 columnas: una va desde Lezo a Pasajes, donde se entretenían destrozando quillas y escoras de los 5 navíos; la otra desde Rentería hasta Molinoaga, con sus guardias y partidas avanzadas que guarnecían la Torre de Pasajes y el Castillo de Santa Isabel. También amenazaron a los de Oyarzun con que darían premio a los "soldados desmandados que insultavan sus haciendas, si los conducían pressos, y que matassen a los que no se rindían". Pero las nuevas compañías de Oyarzun luchaban con los franceses a muerte, matando ese día a 8, capturando a 4 e hiriendo a muchos. Los de Oyarzun perdieron a 1 hombre y 2 heridos.
Las compañías de Oyarzun y las de los Miqueletes se hicieron temer tanto "que se escussavan de la deserción algunos franceses que la deseavan; con que fue precisso darles la seña de un ramo berde para que la executassen y se efectuasse aquella idea de los manifiestos de España en que se prometían exorvitantes ventaxas a los desertores. Esta idea pudo servir más para los celos y para el desmaio de los españoles, que para la deserción de los franceses, que en ningún otro tiempo fue menos numerossa, porque los governadores y Jefes de el exército manifestaron que la honra de sus graduaciones no permite inconstancia tan fea; que su exemplo y la paga puntual y alguna livertad retiran a los soldados de las contingencias y de las penas de las fugas."
Llega a Andoain los milicianos de Azpeitia con su comandante Francisco de Alcibar, antiguo Cadete de Guardias de Corps. Loia al ver la unidad bien organizada desfilando en Andoain, quiso que estuviera en San Sebastián. Pero la Diputación, que ya estaba en la ciudad, se opuso. La Diputación graduó a Alcibar de Sargento Mayor, y su compañía de Azpeitia, junto con la de Cestona siguieron la marcha. #Berwick1719.
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